sábado, 2 de octubre de 2021

Mi compañera de piso - Capítulo I

 Soy Alexander, o bueno, ese era el nombre por el que se referían a mi antes de todo esto. Déjame contarte como fue que empezó está historia así me entiendes: 

 Era el principio de la vacaciones de verano, los pájaros cantaban y volaban por la ciudad a la que me había a fines del año pasado por causa de mi trabajo. Estaba caminando por la ciudad para ir por un café y poder relajarme aunque sea un poco por la situación de mi apartamento compartido. 

 Te preguntarás: ¿qué situación podrías estar teniendo? Pues verás, para no tener que pagar tanto por la renta accedí a vivir con una chica y dividir gastos, así podríamos vivir los dos cómodamente con lo que nos sobraba. Pobre de mi que no sabía las costumbres de mi compañera. 

 Volví a mi casa ya un poco más relajado y vi a mi compañera haciendo lo de siempre. 


 Karla: ¡Ahhh~~! ¡Ahhh~~! ¡Más duro, papi~~! *dice mientras un tipo se la está cogiendo sin pudor alguno mientras yo sólo observo*


 Así es, mi compañera de piso es una adicta total al sexo. Según tengo entendido, un nombre más técnico sería ninfómana para las personas adictas al sexo como ella.

 Esta situación es algo a lo que yo ya estaba acostumbrado, todos los días había una persona diferente en la casa dándole a Karla lo que ella quiere. 

 Me fui a la cocina y me puse a trabajar desde mi computadora mientras los gemidos de mi compañera de piso se hacían cada vez más fuertes, indicando que ya están por acabar, una buena noticia para mi. 

 Sólo fue cuestión de dos minutos hasta que esos dos terminaron de hacer sus cosas y el tipo se fue, yo miraba como mi compañera se tomaba la pastilla y se limpiaba, pues según ella, no le gusta la sensación de los condones. 

 Entra a la cocina sólo vistiendo una camiseta sin mangas de color azul y me saluda.



 Karla: Bienvenido a casa, Alex. ¿Qué haces? 

 ¿Es acaso que tiene pudor para estar así frente a mí?

 Alexander: Pues lo de siempre, hago mi trabajo. *tomó un poco del café que compre mientras volvía de mi caminata*.

 Karla: Awwww, no seas aburrido. Se que me estuviste escuchando~ *baja una de sus manos a mi entrepierna* Así que aquí debe estar la carpa armada~~ 

 Alexander: *tomó su mano suavemente para no lastimarla y la aparto* Lo siento, Karla. Pero no me gustan este tipo de cosas de sexo sin compromiso.

 Karla: *con un tono burlón* Vaaaya~ parece que alguien es de la vieja escuela de los que sólo lo hacen con quien se van a casar~ 

 Alexander: Eso me gusta pensar, así que si no te molesta, seguiré trabajando *Me dispongo a seguir con mi trabajo*


 Karla se aleja y se viste para ir a hacer su trabajo, ella según tengo entendido trabaja en una compañía como programadora, algo como yo que me la paso haciendo códigos de seguridad para páginas web. 

 Cuando ella se va yo terminó al fin el código que llevo semanas haciendo, a causa de la desconcentración que me produce escuchar sus gemidos día y noche. Cargo el código a una memoria usb, tomó las llaves y salgo de mi casa, tocaba viajar para ir a entregarlo a una tienda de supuestos objetos místicos. 

 Es increíble lo credulas que son algunas personas, creer en estos supuestos artefactos y además pagar tales sumas de dinero por ellos, no es de extrañar que tengan el dinero para pagar un código personalizado para su página web, aunque el que lo vendan en la red oscura si que me intrigaba un poco.

 Al llegar s la tienda me acerqué al mostrador y dije que era el programador u que venía a entregar el código que ordenaron. 

 Una linda mujer sale de detrás de una cortina y al verme me saluda.


 ???: Bienvenido a mi tienda, hermoso *dice de manera coqueta*.

 Alexander: Disculpe, vengo a darle el código de seguridad que me pidió *saco la memoria usb*.

 ???: Oh, gracias. Llevo tiempo esperando esto *toma la memoria usb*.

 Alexander: Si, lamentó eso. Tuve algunos problemas *rasco mi nuca por la pena que me da haber tardado tanto*.

 ???: Oh, no hay problema. Ten tu dinero *abre la caja registradora y toma el dinero justo que necesitaba* 

 Alexander: Muchas gracias, señorita *tomó el dinero pero además veo como me da un libro* ¿Y esto?

 ???: Es un regalo de mi parte, es un libro de hechizos *sonríe* Aunque *su mirada se ensombrece* ten cuidado con el hechizo que uses, hay algunos que son permanentes. 

 Alexander: Claro *digo un poco extrañado antes de dar media vuelta y marcharme de ese lugar*.

 

 Esa misma noche estaba tan aburrido que tome el libro que esa chica me dio. Al abrirlo pude ver que cada página correspondía a un hechizo y tenis su descripción. Sólo por curiosidad seguí leyendo hasta encontrar un hechizo que me intereso. Lo leí en voz alta y al hacerlo me sentí mareado por un momento antes de caer inconsciente. 

 No creo que haya pasado mucho hasta que me vi en la sala, parado, y en un momento perdí el equilibrio. Caí al suelo después me agarre de un mueble cercano para levantarme. Al hacerlo note que traía puestos unos tacones, pero lo que más me sorprendió al ver al enfrente y encontrarme con el espejo del mueble fue:


 Alexander: ¿Soy. . . Karla? 

 


Fin del capítulo 1

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