miércoles, 1 de junio de 2022

La señora Chang


 Siempre había soñado en lo más profundo de mi ser poder cambiar de cuerpo con una sexi milf para probarme ropa de mujer y que me quedé bien, cosa que había intentado, pero nunca me entraba por mi espalda ancha y demás cosas como mis pierde peludas y mi pene. 

 Nunca supe lo que una tarde de invierno me iba a suceder, cuando mi padre me mando a la casa de la señora Chang, mi vecina asiática divorciada, con quien nunca tuve una relación muy buena por bastantes sucesos que pasaron en el pasado entre nosotros. Mi padre me había mandado para devolverle un extraño anillo que se había olvidado en mi casa cuando fue a tomar el café con mi madre. 

 Toqué la puerta y fui recibido por la señora Chang, quien estaba vestida como para salir o haber venido de una fiesta, muy elegante y sexi a decir verdad, cualquier heterosexual hubiera matado por estar en el mismo lugar en el que yo estaba. 




Parker: ——Buenas tardes, señora Chang. Vine a entregarle ésto que se lo olvidó en mi casa—.

Señora Chang: ——Ahg, al fin me lo dan. Pensé que tu familia de mugrientos ladrones no iba a devolverlo— intentando tomarlo. 

Parker: enojado, no dejó que lo tome haciendo mi brazo hacia atrás. —¡Oigame! ¡No le permitiré que hable así sobre mi familia!—.

Señora Chang: —Mocoso de mierda— con furia en sus ojos toma mi muñeca —¿quién te crees que eres para hablarme así, maldito mugroso de pacotilla?—. Me arrebatá el anillo y me cortó con la parte afilada de la gema, callendo mi sangre en ella. —La gentuza como tu debería estar en la cárcel— se mete en su casa cerrando la puerta de un portazo. 


 Me había quedado con  la palabra en la boca. Esa perra clasista se creía mejor que mi familia tan solo por cobrar 50 veces el salario de mi padre al mes, esa misma razón era uno de los porque de que nos llevemos tan mal. 

 Cuando iba a dar media vuelta para regresar a mi casa sentí un fuerte cansancio y me apoyé en la pared. Mi mano me dolía muchísimo, pero no podía abrir la boca para gritar. Con desesperación mire mi mano y ví como esta empezó a volverse toda una especie de gelatina o moco al igual que la otra. Con miedo intenté tomar mi frente, pero mis manos y mi frente simplemente se unieron siendo las tres hechas de la misma sustancia en la que me estaba transformando. 

 Lentamente comencé a caer al suelo hasta que tuve que deslizarme fuera de mi ropa para poder avanzar. No podía andar por la calle porque alguien podría verme y llamar a las autoridades, después de todo, no todos los días se ven slimes moverse por la calle, así que opte por meterme a la casa de mi vecina, pasando debajo de su puerta sin dificultad. 

 Escuché una llamada proveniente desde el baño de la señora Chang con otra persona, donde contaba lo sucedido hace apenas unos minutos, a lo que yo llenó de furia entró y me abalanzó sobre ella con intenciones hostiles. Siquiera antes de que la señora Chang gritara yo ya estaba alrededor de su cabeza metiéndome por cuanto agujero encontraba. 


Amiga: ella seguía al teléfono. —¿Lizzy? ¿Sigues ahí?— tenía un tono preocupado. 

Señora Chang: toma el teléfono y contesta. —Si, estoy bien, Amanda. No te preocupes. Más tarde te llamó, ¿si? Muaquis, besos— se despide de ella un corta la llamada. 


 No podía creerlo, no solo me metí en el cuerpo de la Señora Chang, yo ahora ¡soy la señora Chang! Podía sentir sus pechos, su cadera, su nariz y... Una brisa que entraba por la ventana que me puso la piel de gallina y paso por mi nuevo coño dándome una sensación embriagante. 

 Esto era real. Aquel sueño de ser una milf tetona al fin era real, y no era otra que mi detestable vecina, mejor no podía ser. Comencé a pasar mis manos por mis grandes pechos mientras me veía a un espejo, entonces se me vino una idea a la cabeza. 


Señora Chang: —Por algún lugar de mi habitación deje mi dildo—.


 Rápidamente voy a la habitación, pero no me esperaba lo que allí me encontraría: era un hombre negro que estaba esperando ansiosamente mi llegada. 


Hombre: —Vaya que te tardaste, linda. Pero mi anacanda aún tiene muchas ganas de jugar—.



 Estaba sorprendido, o más bien, sorprendida. En mi vida ví un pene tan gran, solamente en el porno interracial, el cual parece que estaba por pasar justamente ahora. 

 No se que me pasó, pero en cuanto ese tipo saco su poronga negra mi concha se humedecio tanto que me acerque y sin hablar comencé a chuparsela con gran deseo. 

 


 Su enorme pene sabía extremadamente bien, no quería dejar de chuparselo nunca. Mi boca tragaba como puta angurrienta y mi mano se movía como pistón exprimiendole el pito a el hombre. 


Hombre: con cara de satisfacción viendome a los ojos. —Mierda, perra~ los chicos no mediante cuando dijeron que la mejor mamadora del barrio le encantaban enserio las verga negras~—.


 Ni siquiera le prestaba atención, pero estuve chupando con entusiasmo aquella gran poronga por más de veinte minutos antes de siquiera poder sentir como se venía en mi garganta. 

 


 Instintivamente me empiné sobre la cama separa dos mis nalgas, entonces después de una escupida a mi culo me penetró con su grueso mástil de carne, mi reacción fue comenzar a masturbarse mi vagina a para sentir más rico sus penetraciones. 


Señora Chang: —¡Si, negro! ¡Parté en dos mi culo usando tu anaconda~!—.

Hombre: —Vaya que eres toda una puta sedienta~— me da un azote en el culo bastante fuerte. —Te voy a recomendar con la pandilla~—.


 Comenzó a cogerme bien fuerte más por más de dos horas antes de terminar dentro en irse diciéndome que ahora era parte de los Swappers. Y así llegamos aquí, cuando estoy entrando al depósito de esta pandilla para que más de 40 negros me usen hasta dejar sus bolas secas. 

 Deseenme suerte~ 

¿Universidad barata?

Fue un duro golpe saber porque tenía una beca completa en la Universidad, y todo porque mi mamá quizo una semana siendo joven otra vez.  Res...