domingo, 2 de abril de 2023

Las deudas de mi prima

Mi prima Julieta, una línea rubia de unos pechos decentes, un día vino a mi con una idea muy loca. Decía que había conseguido una manera de cambiar de cuerpos, y además como soy la única persona con la que tiene confianza me quería prestar su cuerpo por una hora y ella estaría en mi cuerpo el mismo tiempo. 

A modo de broma accedí a hacerlo, una decisión que en ese entonces no sabía que tendría el tipo de repercusión que tuvó. 

En cuanto había enviado ese mensaje pasé de estar con mi celular en la mano a estar en una habitación que no había estado desde que vivía en la casa de al lado, siendo la casa de mi prima que heredó de sus padres, pero más en concreto estaba en la habitación de mi prima. 

—¿Qué rayos?—.

Llevé mis manos a mi boca al escuchar la voz que salió, sorprendiendome mucho de lo que había sucedido. Fuí rápidamente al baño y ahí la ví, era mi prima la que estaba en ese reflejo del espejo, y vaya que había crecido para ponerse bonita. 

—Así que si era verdad esto... ¿Tendría que aprovechar esta situación? No creó que se repita—.

Me miraba en el espejo y entonces levanté la camiseta que traía puesta para ver esos pechos, excitandome un poco por lo que estaba viendo en ese momento. 




—Si que "soy bonita". Apuesto a que te gustaría tocarme las tetas, ¿no es cierto, primo~❤?—.

Pronunciaba en voz alta algunas cosas sexis para entrar en ambiente, y también para que mi prima dijera esas cosas que nunca diría en la realidad, un sueño más que nada que cualquier hombre con Internet y privacidad desearía luego de ver porno incestuoso. 

Comencé a jugar con los pechos que eran temporalmente míos por un momento, pero entonces sentí que alguién tocaba la puerta. 

—¿Peor suerte no podía tener cuando estoy disfrutando de este placer temporal, no?—.

Suelto un suspiro y entonces voy a la puerta de abajo, no sin antes bajarme la camiseta para que no se vean mis tetas. Al abrir veo a un hombre que se ve bastante confiado, pero realmente desconozco la razón del porque. 

—Emmm... ¿Lo puedo ayudar en algo?— digo mientras lo veo hacia arriba con las manos en los bolsillos de mis pantalones. 

—¿Si me puedes ayudar en algo? ¿Estás pendeja o algo, Julieta? Órale, sabes para lo que vengo—. Era un hombre mexicano, y muy mal hablado por lo que parece en esa corta interacción. 

—Escuche, no se a que viene a- — no pude terminar de hablar porque me tomó de los hombros y me bajó hasta ponerme obligadamente de rodillas frente a él, estando la puerta abierta. 

—Pinche vieja, ¡dejate de pendejadas y ponte a mamar que tu deuda no se va a pagar sola!— rápidamente se desabrocha el pantalón y se saca la verga, dejandola al aire sobre mi. —¿Te gusta mi verga, pinche putita~?—




Muy sorprendida miro esa cosa grande y dura frente a mi, pero en esta situación tengo solo dos opciones: o hago lo que me pide o tal vez le cause problemas a mi prima. 

—E-es... ¿Bonita?— le respondo con algo de nerviosismo, 

—Vamos, güerita. Son más de 5000 dólares los que me debes, pero si me das un servicio que me haga decir "puta, que Rico" te perdonó la deuda—.

Tragó un poco y entonces asiento, no quería problemas. Entonces agarró su verga y lo miro a los ojos mientras abró la boca, para así darle unas vistas que le hagan tener una opinión más firme sobre perdonar la deuda de Julieta. 


—Esa boquita pide verga~. Te la voy a dejar bien clavada luego de que me la chupes~.—

Mi cuerpo se mueve instintivamente para darle placer a este hombre, metiendo el glande en mi boca y luego succionandolo. Notaba claramente que este tipo le estaba gustando bastante como muevo mi lengua dentro de mi boca para que se complazca. 

No se en que momento entre los 5 minutos y los 20 que estuve mamandosela ocurrió, pero a mi cuerpo le estaba gustando, sus palabras, su verga... Su sabor, y estaba muy expectante de que vaya a soltar su semen en mi boca, pero... 

—Bien, ya ya, putita. Ya estoy por correrme, así que desnudate que te voy a coger bien cabrón tu cuca endeudada~❤—. Aleja su verga de mi y se masturba muy lentamente para preservar su dura erección. 

—Bien, ya voy, papi~💕—. Mi coño estaba sumamente mojado en ese momento, así que rápidamente me saqué la ropa y lo llevé a la habitación de mi prima luego de cerrar la puerta. —¿Prometes que me vas a romper mi coño con esta dura verga, papi~? 😍—.

—Ufff~ Pinche puta, voy a tener que romperte el coño más de una vez si me ruegas de esta manera~—. 


Me comenzó a coger con su vergota haciéndome gozar más que nunca en mi vida, y yo podía sentir como se abría pasó por mi interior para taladrarme como todo un macho Azteca. 

—¡Si, papi~💕! ¡Usame como a tu putita pendeja~💕!— era increíble el nivel de placer que estaba teniendo en ese momento, y no podía esperar a seguir pagando las deudas de prima de esta manera. 

....... 

En el teléfono de la rubia se puede ver un mensaje: Diviértete en mi cuerpo, no pienso volver ahí donde debo más de 10 millones a gente peligrosa. Suerte intentando sobrevivir, estúpido. 

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